jueves, 5 de junio de 2008

Omar y yo

Mi relación con Omar está llegando a un punto crítico.
El edificio a estrenar al que mudé mi consultorio se está poblando. Está construido sobre columnas en las que funcionan espacios al aire libre guardacoches, con espacios corredores y algo como jardines en el medio. Omar los circula desde que eran vírgenes. Va olvidando sus miedos y sus culpas y va adueñándose del lugar. Recibe a los electricistas, carpinteros y arregladores y se comunica con ellos de punta a punta. A los gritos. Lo sufrí un dia, dos, tres. Una semana tras otra.
Ayer decidí bajar y, amablemente, hablar con él.
- Hola Omar, cómo le va?
- Muy bien señora muy bien...!!
- Mire Omar, yo queria decirle...
- Lo que Ud. quiera Sra...!
- Vió que yo trabajo con pacientes con problemas de audición...
- Si, si, Sra...
- Bueno, para algunas pruebas, necesito que haya silencio, y Ud. a veces grita por estos pasillos. O canta...
- .....
- No, yo quería pedirle, que por lo menos los días que yo atiendo, fíjese en tener cuidado de no gritar por acá abajo...
- Discúlpeme Sra... discúlpeme Sra - y me tocó el hombro- yo no sabía.
- Mirando mi hombro- no, ya se, por eso le explico...
- Discúlpeme Sra... no se ofenda... no va a volver a pasar.
- Está bien Omar ( mi hombro por fin estaba libre) sólo quería pedirle ese favor. Me di cuenta de que Ud. no sabía.
- Claro, claro Sra. faltaba más!! Discúlpeme.

Hoy a la mañana pude trabajar con absoluta tranquilidad. Alguna que otra charla en el patio de abajo, pero nada demasiado perturbador.
A la tarde, después de hacer pasar a Luis, el primer turno, empecé a oír a Omar cantando en la planta baja. No puede ser. Ya va a callarse. Pensé.
El volumen de su voz iba in crescendo. No podía discernir si era La Traviatta o el último de Arjona. En mi computadora aparecía el letrero que decía: "No se puede realizar la prueba por exceso de ruido".
Abrí la ventana y lo ví. En el medio del patio. Como si estuviera en el Colón.
Y me salió:
- Luis!!!! (??????????????????????????)
Sentí ( no oí, no escuché, sentí, sí, sentí) que de mi boca salía esa palabra: Luis. No Omar que era lo que quería decir, sino Luis!!!
Y él levantó la cabeza hacia mi ventana. Me miró como diciendo:- Yo me llamo Luis?? Confundido. Temeroso.
Yo no podía creer esa conjunción entre su paranoia y mi alzheimer y estallé de risa.
Luis sentado en mi consultorio, muy sordo, no se enteraba de nada.
Yo no pude decir más nada serio. Tuve que cerrar la ventana.
Omar se quedó mirando hacia arriba. Esperando órdenes y acostumbrándose a su nuevo nombre.
Yo volví a mi actividad, ahogando mi risa

7 comentarios:

Anónimo dijo...

JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Te imagino gritándolo como la abuela gritó Emilce!!!!

Pero ves? esto dió mas resultado. Viva su paranoia y tu alzheimer! Muy gracioso!!!!

Malen dijo...

JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! Me estoy muriendo de risa. Besos

perica dijo...

juaaaaaaaaaaaa muy bueno tolen!
omar como el encargado de mi edificio. es un nombre "cantaor"

tolenti dijo...

Yo también me acuerdo y me sigo riendo. No lo volvi a ver. Que pensara cuando lo encuentre? Yo probaria seguir llamándolo LUis a ver cómo reacciona.

Luchiana dijo...

JAAAA Bueniiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo!!!
Tolenti estás mal! Además en el comienzo del relato decis Oscar, no entiendo. Como se llama ese hombre??
Para! Me hisiste acordar a mi anécdota MAGOO (tan digna de un post!) , porqe mi sensación fue la misma. RIsa interna maal, cara de Magoo (ya sabés su cara, pobre), y un tragametierraya... con el Oso al lado como si nada...
Buenísimo , che Luis Oscar parece un tipo feliz no?

tolenti dijo...

Jaaaaaaaa Magoo!! eso fue terrible!
NO creo que Omar/Oscar/Luis sea feliz. Siempre tiene miedo de que uno lo rete, se defiende, pide perdon, esta asustado.Se cansa. Y no entiende nada. Me pone muuy nerviosa. Tal vez canta para relajarse. Pero justo debajo de mi ventana?
(che, voy a corregir lo de oscar, eso fue un error de tipeo, gracias)

Anónimo dijo...

Ah no, ahora que lo describís así me da pena. Y no da!!!