domingo, 19 de mayo de 2013

En bicicleta

Había una vez una bici amarilla. Chiquita
Y una nena de unos 6  años que subía y no podía mantener el equilibrio. Le daba un poco de miedo. Abandonaba.
Su papá la subió de nuevo, agarró fuerte el asiento y la impulsó.
- PEDALEÁ, LA PUTA MADRE QUE TE PARIÓ!!!
Y salió pedaleando. Rápido. Con miedo. Pero sin opción.
Freud indignado. Ella rauda, veloz. Y nunca más necesitó una explicación.
Después vinieron otras bicis.
Una ruidosa que la llevaba a bailar en Miramar.
Anunciaba cuando llegaba a la noche. Y su mamá recién entonces podía dormir.
Otra que usaba para ir a trabajar en un bar en la Avenida Libertador. A la noche. Y volvía a cualquier hora. A contramano, porque era más seguro.
Hoy tiene una nueva, último regalo de su papá. Eso quería, regalarle una bici.
Y ella le hizo el gusto, se la compró. Copada. Como a los dos les gustaban las cosas.
Y ella rauda, velozmente, pedaleó 100km
Desde Dorking a Brighton, recaudando fondos para el cole de sus hijas.
y mostrándose a sí misma cuanto puede.
Pedaleá, pedaleá, la puta madre que te parió!
Feliz, en medio de flores azules en la campiña inglesa.