Había una vez una bici amarilla. Chiquita
Y una nena de unos 6 años que subía y no podía mantener el equilibrio. Le daba un poco de miedo. Abandonaba.
Su papá la subió de nuevo, agarró fuerte el asiento y la impulsó.
- PEDALEÁ, LA PUTA MADRE QUE TE PARIÓ!!!
Y salió pedaleando. Rápido. Con miedo. Pero sin opción.
Freud indignado. Ella rauda, veloz. Y nunca más necesitó una explicación.
Después vinieron otras bicis.
Una ruidosa que la llevaba a bailar en Miramar.
Anunciaba cuando llegaba a la noche. Y su mamá recién entonces podía dormir.
Otra que usaba para ir a trabajar en un bar en la Avenida Libertador. A la noche. Y volvía a cualquier hora. A contramano, porque era más seguro.
Hoy tiene una nueva, último regalo de su papá. Eso quería, regalarle una bici.
Y ella le hizo el gusto, se la compró. Copada. Como a los dos les gustaban las cosas.
Y ella rauda, velozmente, pedaleó 100km
Desde Dorking a Brighton, recaudando fondos para el cole de sus hijas.
y mostrándose a sí misma cuanto puede.
Pedaleá, pedaleá, la puta madre que te parió!
Feliz, en medio de flores azules en la campiña inglesa.
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5 comentarios:
ay Tolenti, qué lindo lo que le escribís a tus hijas. Qué placer debe ser para ellas leerlo.
un beso grande!
Que grande Pitinto!!!!!y Ro una grossa!!!!!!
Grande Pitinto!!!!! Y Ro una grossa!!!!! Felicitaciones a los 3!!!!!!!
Que linda historia Tolenti! Què contento debe estar Pitinto!! Grandes los dos!!!!!!
Yo
Te sigo desde ayer,que es cuándo empecé a investigar en estos laberintos
Por cierto me encanta lo que dices y como lo dices.
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