jueves, 28 de mayo de 2009

Chapoteando con el idioma


Tanta atención ponemos en no confundir las preposiciones, las conjunciones, los pronombres relativos y los interrogativos cuando hablamos un idioma extranjero para terminar oyendo expresiones como esta :

- Qué salen estas remeras?

Y la vendedora le da el precio.


Imagino una estudiante de español empleada en una boutique de Buenos Aires a quien se le hiciera esa pregunta. Se quedaría mirando a la clienta con una expresión azorada sin saber qué hacer. Porque hay dos cosas confusas: el uso del pronombre interrogativo qué en lugar de cuánto y el del verbo salir por costar. De dónde habrá salido eso? Será un anglicismo? Sale por rebajas?
Y entonces cuando decimos sale caro sería una contradicción?.
Si alguien nos preguntara en inglés:

- What go out these T-shirts?
O en francés:

-Qu´est-ce que sortent ces T-shirts?


Totalmente incomprensible.


Y cuando el plato sale con fritas? De dónde? De la cocina? del restaurant? Se irán afuera las fritas? Que qué son las fritas? Obvio, papas!

Y como reaccionaría un extranjero trabajando en una verduleria a quien le preguntaran

- A cómo están los tomates?

Posiblemente, tratando de ser amable, le contaría que están muy bien, rojos y no muy maduros, que está la variedad de los redondos y también la de los peritas... Cualquier cosa menos el precio.

Y cuando vamos a una tienda buscando algo en particular y nos ofrecen otra cosa que no tiene nada que ver y nosotros insistimos con lo que queríamos específicamente y rindiéndose, capitulan con un Te lo debo? Qué quiere decir? Que están en deuda con nosotros? Que podemos pasar al otro día a buscarlo? Que se comprometieron a conseguírnoslo?No sería más fácil informar simplemente que no lo tienen?

Otras expresiones que me sorprenden son:

Pará! interrumpiendo al otro o a sí mismo como para agregar después: … que me olvidaba de contarte lo que me pasó el otro día! Cuál es la intención? Paralizar al otro, que no se mueva, que no abra la boca y que se limite a escuchar pacientemente?
Más agresivo todavía es el Calláte que: Calláte que no me di cuenta! Por qué ese imperativo de silenciar al otro? Para adueñarse de la palabra?

Y hay muchas más, las tengo que anotar cuando las oigo. No, más bien sería cuando las escucho porque tengo que oírlas prestando atención.

Difícil, muy difícil hablar bien.

lunes, 25 de mayo de 2009

Misia


Me llenó de música, me hizo acordar de lo que duele amar. De que la pasión es siempre efímera. Dura en relación inversa a su intensidad. Después será un recuerdo. Volveré a escucharla, reviviré este fin de semana donde la llevé en el auto, la escuché mientras leía Un hiver à Majorque o mientras corría bordeando el río.

Donde confirmé que el amor está en las circunstancias. Sólo falta ponerlo en el aire y ya estás, perdidamente enamorada de ella, de él, o de lo que la vida te ponga en el camino. Solo hay que dejarse vivir y llevarlo hasta lo último.

Gracias Malen por presentarme a Misia.

jueves, 21 de mayo de 2009

Nace una estrella


Tenía su edad cuando busqué una estrella. Y llegó un 21 de mayo a la tarde. Esa vez creí estar lista para ser mamá. Y Manuela confió y brilló para mí. Por meses fuimos una sola cosa. Yo intuía que era mi despedida de la maternidad. Y ella aprovechaba mi debilidad.
Por fin podía relajarme: Manu no necesitaba disciplina, era la nena más buena y más dócil del mundo. Iluminaba con su paz.
Pero hay que crecer y no es fácil. Mucho menos para quien la paz es esencial para respirar, para vivir, para ser ella misma.
Y en eso anda mi estrella elegida, buscando paz e intentado a la vez brillar con su propia luz.
Es tanto su potencial que se asusta y a veces se apaga.
Manuela necesita un rincón donde pintar, cantar como Britney y vestirse como una star. Pero también un hogar con leños al lado de un príncipe azul, un amor eterno y un mundo ideal.
Manuela observa y nos sabe a todos. Tiene ese sentido del humor que me fascina. Cruzamos las miradas o alguna palabra que compartimos en la memoria y ya morimos de risa. No hay como ella cuando está de buen humor.
Puede ser un ángel o un demonio. Pero nunca pasar desapercibida.
Manu hoy cambia de década y todavía no conoce la magnitud de su luz.

lunes, 11 de mayo de 2009

La Polonesa



Venía en el auto. Afuera empezaba a llover . Adentro, Martha Argerich tocaba en el piano La Polonesa nº 6, la heroica, de Frederic Chopin. Por favor, hagan clic y escúchenla, aunque sea el primer minuto. Si no tocan fondo de emoción, es que sólo me pasa a mí porque tengo una relación especial con este tema.

Cuando tenía 14 moría por Chopin y quise dar mi último examen en el conservatorio de música tocándola. No era una virtuosa. Pero la profesora me amaba porque me enseñaba piano desde los 4 y me creía prodigio. Cómo pude? como pude alguna vez aprendérmela de memoria y tocarla? Integra. Aunque sea mal. Muy mal seguramente porque no la pegaba con el ritmo y además mis manos eran muy chicas y no me alcanzaban para los acordes de más de una octava. Dónde quedó esa yo adolescente que creía estudiar horas por día solo para satisfacer a un papá ausente? A qué lugar del olvido van las que fuimos? Vendí el piano para viajar. A qué universo van nuestras otras opciones? como diría Lara. Y a cuál nuestras otras vidas? si las hubo.

Y creo que las hubo.

Abrí la ventanilla para sentir el frío y dejar que la lluvia me mojara. Increíble regreso a casa. Fascinante. No se como no choqué. Fui otra.

Estaba en el siglo XIX. No, claro que no era Chopin, pero tal vez George Sand.

viernes, 1 de mayo de 2009

Ulpiano

Ulpiano fue mi papá. Murió antes de que yo pudiera sentir sus brazos fuertes sosteniéndome. Y no quiero hacer un drama por eso. De alguna manera estuvo. Mami aseguraba que no hubo ni habrá hombre igual en este mundo. El amigo perfecto, el marido perfecto, el padre perfecto.
- No era el típico buen mozo -decía con gesto un poco despectivo-era un feo con pinta! Y la cara le cambiaba. Orgullosa.
Varias veces, cuando era chica, me encontré con amigos de él que, al reconocerme, me decían.
- Vos sos la nena más chica de Ulpiano!! Que amigazo tu padre!! Que gran tipo!!
No me sorprendía, era normal. Yo sabía que era hija del hombre perfecto. Pero no estaba. Nunca iba a estar.
Cualquier padre imperfecto me parecía mejor. No mejor que el mío. Mejor para mi vida.
Y crecí pensando que Ulpiano era posible. Cada vez que me imaginaba al hombre de mi vida le ponía todas sus cualidades. Las que me habían contado y las que a mí me habría gustado que tuviera. Total, siempre había margen para agregarle más perfección.
Y así como algunas sueñan con el Príncipe Azul, yo tenía a mi Ulpiano para soñar. Lo imaginaba siempre listo para escucharme, para reirse conmigo y de mí. También de él, logicamente. Sabio, tremendamente sabio y equilibrado. Una especie de Charles Ingalls, un poco más feo y pelado. Aunque con un humor más picante, con la dosis de maldad indispensable para ser real.
Y conteniéndome. Siempre. Casi sentía complicidad con él. Compartiamos el gusto por volar, por el riesgo. La pasión por la vida . Ante la imposibilidad de tenerlo intentaba ser un poco como él.
Lo busqué en cuanto hombre se me cruzó por la vida. Una que otra vez alguno parecía acercársele, porque claro, yo con mi imaginación le daba unos retoques que ante la primera brisa de realidad se venían abajo. Después la desilusión.

No se por qué hoy, justo hoy, sentí que de verdad no estaba. Y que no había estado nunca, ni antes de morirse. Y por primera vez lo lloré. No a Ulpiano. Al que nunca estuvo.