La felicidad intensa, la verdadera, la que estremece y desaparece en segundos, se roza. No se la puede retener.
Esa tarde la sentí. Ir y venir.
Después todo tenia otro color, la vida sabía diferente. Buenos Aires era una de las ciudades más lindas del mundo. La gente parecía novedosa. Todo tenía sentido.
Otra tarde creí que la había soñado. Que no era posible. Casi me la había olvidado.
Hay idiomas que no diferencian entre ser y estar. El nuestro por suerte sí.
Estar es el que le va a felicidad. Serlo es una ilusión.
Que se alimenta de sabernos capaces de volver a rozarla.
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4 comentarios:
una maravilla, Tolenti.
Yo pienso igual que vos. Creo que la felicidad es un minuto. Tan intenso, que le da sentido a las 23 horas y 58 minutos que restan del día.
De nuevo, una maravilla.
Sí! Y yo soy tan negativa a veces que estropeo ese ratito pensando en que claro, lo que viene después no es tan feliz! Pero cuando estoy triste me salva pensar que entonces ahora sí, falta poco para ese momento!
Y así y todo, desde que no trabajo, desde que paso el día con mis hijas me siento salticando en una burbuja de sonrisas!
Te quiero tanto!
(che, quiero creer que esa tarde de la que hablas es la tarde en que nací yo, no? JUJUJAAAAA)
Muy bueno Loli!
Tolenti ya hemos tocado ese tema tantas veces....y además lo popularizó Cesar Banana: ..."Felicidad no tienes dueño, hoy conmigo y mañana x allá..."
si chulibordo,tambien lo dijo Palito Ortega,LA FELICIDAD,AH AH!!!Para mi la felicidad,es una sucesion de momentos,como decia Borges,hay unas visperas,un momento y un recuerdo de lo que vivimos,no hay que desperdiciar ningino de los 3
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