jueves, 26 de junio de 2008

Confiar y saltar


Cuando era chica tenía sueños repetitivos.

Pesadillas. Heroicas.

Un puente, muy alto, sobre un río. Muy viejo era el puente, las maderas estaban podridas. Yo tenía que atravesarlo y corría sobre él. Cada madera que pisaba se hundía y entonces saltaba a la siguiente, que me sostenía unos segundos y debía saltar a la siguiente, que también se quebraba y sólo me salvaba saltando a la siguiente.

Con el tiempo supe que así era la vida. Y confié. Y me gustó saltar. Mucho más que estar sobre terreno firme. Y vivir. Siempre bien alto. Al filo del riesgo.

Ella hoy lo hace realidad.

domingo, 22 de junio de 2008

Orejas perezosas

Abrí un nuevo blog: Orejas perezosas
La idea es mandar allí todo el anecdotario de mis pacientes y dejar este para cosas que se me ocurren, aisladamente.
Hoy publiqué mi primera entrada.
A partir de ahora lo dejo que haga su vida independiente.
Éxito!

miércoles, 18 de junio de 2008

El arte, única salvación


Hace tiempo que pienso en eso. E inicié varios posts al respecto.

Hoy solo se me ocurre ilustrarlo con algunos ejemplos vividos en 24hs:


- Ayer a la mañana, me entró un mensajito de Hermi avisándome que no venía a trabajar. Me esperaba un día tremendo. Y la pileta de lavar los platos rebalzaba. Suspendí un par de cosas a la mañana, me puse unos guantes azules, encendí la radio en Amadeus y la sonata de Brahams llenó la cocina. Lavé hasta el último plato. Feliz.


- Sala de espera de un médico. Yo era la que esperaba. La recepcionista tomó primero a una señora que tenia turno con otra médica que estaba atrasada, ignorando mi turno. Me senté, oí como, injustamente, la llamaban a ella primero. Abrí mi libro de Amélie Nothomb (Cosmétique de l´ennemi - Cosmética del enemigo) Su genialidad me hizo olvidar. Estuve a punto de pedirle a la médica, cuando me llamó, que me esperara a que terminara la última página.


- Hoy volvía de trabajar en auto escuchando música, por radio. De pronto, el himno nacional. Bue. A continuación: Se escuchará la palabra de la presidenta de la Nación... NO. Decididamente NO. No estoy dispuesta a escucharla. Ni a verla. Ni a saber que existe. Apagué la radio. Silencio. Sano silencio. Todos los semáforos verdes ( Ley de Murphy). A la altura de Olivos, uno rojo. Pude buscar en una caja de cd vieja. Joaquín Sabina me salvó. De ella. Y de mis pensamientos negativos.

sábado, 14 de junio de 2008

Receta epicúrea


Ingredientes:

- Tiempo libre

- Evidencia de libertad

- Una cafetería con ambiente

- Un buen café

- Una buena medialuna ( quedan excluídas esas grandes, con masa muy amarilla)

- Un buen libro ( de esos que no podemos evitar subrayar)

- Una birome


La sensación de que no hay límite de tiempo es indispensable. Toda conciencia de obligación o compromiso posterior deben ser pasados a nivel inconsciente.

Abrir el libro en la página que quedó marcada por el ticket de la vez anterior y abandonarse a la lectura. A la atracción intelectual que despierta una idea, una combinación de palabras. Una genialidad que no podemos dejar de subrayar.

Sentir el efecto estimulante del café

Y seguir leyendo.

domingo, 8 de junio de 2008

Horacio Ratti

Un día llegó a mi vida, como un regalo, allá por el 88. Él andaba por esa década en años. Yo, unos cuarenta menos. ¿Qué es el amor sino el eco de nosotros mismos?
Me dedicó este poema:

Tu rostro es hoy una mañana nueva
en el aire tranquilo, entre los viejos
árboles del tiempo que fue nuestro.
Todo es el verde y el azul y el amarillo
que compartimos con amistad
heroica.
La suma del amor en la elocuencia
de una inquieta sonrisa
bellísima y lejana.

Gracias Horacio
por la eternidad de tu recuerdo.

jueves, 5 de junio de 2008

El tiempo y el amor

Nos reconoemos cuando estamos cerca.
A la distancia el tiempo distorsiona nuestra esencia.
Serás capaz de querer mi pelo gris
mi piel imperfecta
mi voz cuando se quiebre?
Seré capaz de olerte diferente
de entender tus demoras
de amar tu imperfección?
Nuestro amor será capaz de sobrevivir
o para que sea eterno
deberemos abandonarnos antes del hastío?

Omar y yo

Mi relación con Omar está llegando a un punto crítico.
El edificio a estrenar al que mudé mi consultorio se está poblando. Está construido sobre columnas en las que funcionan espacios al aire libre guardacoches, con espacios corredores y algo como jardines en el medio. Omar los circula desde que eran vírgenes. Va olvidando sus miedos y sus culpas y va adueñándose del lugar. Recibe a los electricistas, carpinteros y arregladores y se comunica con ellos de punta a punta. A los gritos. Lo sufrí un dia, dos, tres. Una semana tras otra.
Ayer decidí bajar y, amablemente, hablar con él.
- Hola Omar, cómo le va?
- Muy bien señora muy bien...!!
- Mire Omar, yo queria decirle...
- Lo que Ud. quiera Sra...!
- Vió que yo trabajo con pacientes con problemas de audición...
- Si, si, Sra...
- Bueno, para algunas pruebas, necesito que haya silencio, y Ud. a veces grita por estos pasillos. O canta...
- .....
- No, yo quería pedirle, que por lo menos los días que yo atiendo, fíjese en tener cuidado de no gritar por acá abajo...
- Discúlpeme Sra... discúlpeme Sra - y me tocó el hombro- yo no sabía.
- Mirando mi hombro- no, ya se, por eso le explico...
- Discúlpeme Sra... no se ofenda... no va a volver a pasar.
- Está bien Omar ( mi hombro por fin estaba libre) sólo quería pedirle ese favor. Me di cuenta de que Ud. no sabía.
- Claro, claro Sra. faltaba más!! Discúlpeme.

Hoy a la mañana pude trabajar con absoluta tranquilidad. Alguna que otra charla en el patio de abajo, pero nada demasiado perturbador.
A la tarde, después de hacer pasar a Luis, el primer turno, empecé a oír a Omar cantando en la planta baja. No puede ser. Ya va a callarse. Pensé.
El volumen de su voz iba in crescendo. No podía discernir si era La Traviatta o el último de Arjona. En mi computadora aparecía el letrero que decía: "No se puede realizar la prueba por exceso de ruido".
Abrí la ventana y lo ví. En el medio del patio. Como si estuviera en el Colón.
Y me salió:
- Luis!!!! (??????????????????????????)
Sentí ( no oí, no escuché, sentí, sí, sentí) que de mi boca salía esa palabra: Luis. No Omar que era lo que quería decir, sino Luis!!!
Y él levantó la cabeza hacia mi ventana. Me miró como diciendo:- Yo me llamo Luis?? Confundido. Temeroso.
Yo no podía creer esa conjunción entre su paranoia y mi alzheimer y estallé de risa.
Luis sentado en mi consultorio, muy sordo, no se enteraba de nada.
Yo no pude decir más nada serio. Tuve que cerrar la ventana.
Omar se quedó mirando hacia arriba. Esperando órdenes y acostumbrándose a su nuevo nombre.
Yo volví a mi actividad, ahogando mi risa

lunes, 2 de junio de 2008

Solo unos minutos

Me llamó. Justo estaba cerca de donde ella estaba. Me desvié. Café. Sin introducción. Anécdota. Risas. Más risas. Sin profundizar. Bastó con el mismo humor. No había más tiempo.
Pero fué lo más. Gracias Lu.

domingo, 1 de junio de 2008

Dificultades en la comunicación

Estuve haciendo una recorrida por los blogs que leo y leyendo comentarios . Se repite la situación que viví con mi paciente ( y con muchas personas) . Alguien escribe un post sobre un tema y algunos comentaristas se toman de una palabra o de algo que es accesorio en el post, lo toman como tema central y hablan de eso. Sin darse cuenta de que cambiaron de tema.
Creo que el problema esta en la dificultad de desprenderse de preconceptos al leer algo. Leen una idea accesoria y la relacionan con su preconcepto. No hacen silencio interior, no ponen la mente en blanco. Leen pensando que van a hablar de lo que ellos quieren que hable. Y asi comentan.
Es como cuando alguien está hablando y el que lo escucha - o se supone que lo escucha- está conteniendo la respiración y apretando fuerte su idea para que no se le escape y largarla toda de una en el primer silencio que se le presente.

jueves, 29 de mayo de 2008

Dificil comunicarse

Hoy atendía a un paciente, él me respondia algo que no tenia nada que ver con lo que yo le habia explicado ( y oía bien). Yo agarré un papelito de esos de colores cuadraditos y empecé a anotar.
La idea de un post.
Total, si yo le hablo y él contesta otra cosa, bien puedo yo escribir lo que quiero mientras él habla.

Los adultos se aferran a una idea y si alguien trata de expresarles otra por un camino distinto, cierran la compuerta, no escuchan. Y como respuesta vuelven a repetir su idea original. Sin ninguna modificación. Sin ningún signo de haber escuchado pero disentir.

domingo, 25 de mayo de 2008

Matarse por la pelota


Les enseñamos a respetar, a ceder el lugar, a prestar los juguetes, a ser amables.

Después, cuando tienen edad para empezar a hacer deportes, sugerimos alguno de equipo, justamente para que tengan conciencia de grupo, de colaboración, de compañerismo.

Y de golpe ven que tienen que arrebatarle la pelota al otro, no pedírsela por favor, con educación. No. Correrlo, taclearlo, sacársela. Cueste lo que cueste. Amontonarse salvajemente en un scrown y tironear. Hasta tenerla. Y eso sí, pasarsela al compañero para que corra desesperadamente entre sus adversarios y por fin haga el try.

Y sobretodo después de toda esa guerra, seguir siendo amigos.

Difícil aprendizaje. Difícil entender las contracaras, los sí pero no. Difícil verlos allí aprendiendo a luchar contra otros para conseguir su objetivo. Difícil verlos dudar entre tirarse arriba del otro como animal o esperar.

Difícil para mí que soy madre de mujeres.

jueves, 22 de mayo de 2008

Doble vida


Es el eterno mito de la caverna. La realidad del cine que nos hacemos. De la vida que hacemos para el cine. Como si una cámara oculta la estuviera filmando. Entonces vivimos rápido como si fuera el borrador de lo que vamos a contar, o filmar o paralizar en una foto. Que muestra lo que sirve al argumento del film. Del que pensamos para nosotros.

Y tal vez no hay cámara, ni nadie interesado en filmarnos pero está tácito. Se vive como actuando para una cámara oculta.

En vez de estar en el momento, se está fuera del momento.

Y el momento, el verdadero, se perdió.

martes, 20 de mayo de 2008

Otoño y las veredas de San Isidro


Desde que leí el post de Malen (El cielo en la Tierra) sobre la idea parisina de poner arte donde hay mierda, pienso qué podríamos hacer nosotros, en San Isidro.

Pero como siempre, la poderosa naturaleza nos gana de mano.

Y mandó el otoño. Y los añosos árboles comenzaron a largar sus doradas y crujientes hojas sobre las más añosas veredas sanisidrenses. Y uy! los queridos perros del barrio siguieron con sus costumbres de cagar en las deterioradas veredas. Sin tener en cuenta que ahora están cubiertas por una alfombra de las doradas hojas. Ni que nuevas doradas hojas seguirían cayendo sobre la mierda. Hasta hacerla invisible.

Y entonces el caminante que, como en Paris, siempre anda buscando un poco de arte para distraer su espíritu de la pesada vida cotidiana, pasa caminando feliz y recordando que cuando era niño le encantaba pisar las crujientes hojas. Y vuelve a ser niño.

Sin tener en cuenta el primer colchón, ni la mierda del perro que hizo sandwich, ni que la hoja que él pisa es la segunda tapa del sandwich.

Y cuando llega a su casa o a la oficina y siente un olor a mierda brutal, no puede explicarse cómo puede venir de su zapato.

lunes, 19 de mayo de 2008

Desenlace de la Elección

Desoí los consejos. Y elegí a 1. Tres veces más la entrevisté. En la última entrevista aseguró que tenía otras ofertas de trabajo pero elegía esta porque se sentía cómoda, porque el desafío, porque...Insistí en que analizara toda la parte negativa. Dijo que ya lo había pensado.
Radiante.
Hoy comenzaba a las 10hs.
A las 11 llamó por teléfono, habló con la recepcionista y le avisó que no iba a tomar el trabajo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Charla con Papá

Lo miro en el espejo del auto. Va sentado en el medio. Al lado, su papá le pasa un brazo por el hombro. Charlan. En voz baja. Así charlan ellos. De sus cosas. Tienen códigos en común.
Al hablar mueve la misma boca trompuda que tenia cuando, con cuatro meses, me fue a esperar a Ezeiza en brazos de su mamá. La nariz no tiene hueso, como la de Ro, pero es más ancha, como el que lo escucha ahora y conversa con él, acortando la distancia de la edad que los separa.
Cuando habla, de vez en cuando levanta los ojos para mirarlo. Otras mira hacia adelante y se concentra. Piensa. No entiendo mucho lo que dicen. Pero están de acuerdo, algo de la play, algo que recuerdan que vivieron juntos, viste Papá?, es como eso que dijiste Papá. Y su papá responde. Y él escucha. Y yo sonrío mirándolos.
Y sé que no hay mejor tiempo que el que están compartiendo.