jueves, 25 de diciembre de 2008

Capricho


Ante el primer capricho de una de mis hijas, mi hermana mayor ( con tintes de abuela), pronosticó que iba a conseguir todo en la vida si le seguía poniendo tanta energía a todo lo que deseaba.

Una forma de mirarlo.

Y así mirado, surge una revalorización del capricho.

Elegimos una carrera con mucho entusiasmo, pero para diplomarse hay que estar verdaderamente encaprichados, de lo contrario abandonariamos en la mitad. Siempre. Y ni digo para ejercer la misma profesión durante años.

No hay como la familia, pero solo el capricho de mantenerla unida, tal como la soñamos, hace que salteemos conflictos, ofensas e incomodidades. Si, ya se, me diran que el amor es lo que la sostiene. Pero es que el amor también se cae si no hay una fuerza endemoniadamente caprichosa que lo mantenga.

Y hablando de amor: para que dure años, hay que encapricharse segundo a segundo, enredarse en sus torturas, hacerlas placer a fuerza de capricho, mirarse y seguir viéndose eternamente jóvenes y elegidos. Encaprichadamente.

Solo el capricho de lograr una meta u obtener un resultado nos mantiene en un emprendimiento laboral.

Y la amistad? Hay amigos que pasan por nuestra vida. Pero esos que quedan para siempre, que se gozan y se sufren. Que amamos y que odiamos. Esos, sobreviven por el capricho que ponemos en quererlos a pesar de todo.
Bau tiene 8 años y cree caprichosamente en Papá Noel. Mientras dure su capricho, todos nos ocuparemos de asegurar su existencia.

Es más, hasta diría que el capricho sólo existe cuando algo vale la pena. Cuando queremos de verdad que algo exista. Y hacemos que exista. Es como una fuerza creadora.

En cuanto nace, hay que prestarle atención. Detrás hay algo que promete ser fantástico.





lunes, 8 de diciembre de 2008

Primera comunión


"Comunión: participación en lo común. Trato y comunicación de unas personas con otras. Acto de recibir la Sagrada Eucaristía. . Congregación de personas que profesan la misma fe religiosa. " dice el diccionario Ramon Sopena que encontré en lo de Ani.


Hoy hacen ... bueno, unos cuantos años que tomé mi primera comunión. Tenía 6 y ninguna idea de lo que estaba haciendo, ni de lo que quería decir.


Pasaron los años y siempre elegí a mis amigas con quienes me resultaba fácil comunicarme. E ignoré a otras a las que ni siquiera me esforcé por acercarme.


Ayer nos reunimos todas las que compartimos casi diez años de nuestras vidas. Esos años que forman, que dejan marcas para siempre. Años en los que se arraigan las fortalezas y las inseguridades, donde se forma desde la letra hasta el carácter, las culpas hacen raíces, los miedos estragos, la fe se hace mística o se derrumba en un agnosticismo a ultranza. Y después, con todo eso encima, se vive. Como se pueda. Y la memoria borra para poder resurgir cada día en una persona nueva.


Nos costó reconocernos. Casi tuvimos que presentarnos. Algunas con una vejez renegada, otras con una hecha a medida, otras con la tristeza en los ojos y en los surcos de la cara, y otras con una sonrisa sana, noble y auténtica, de esas que invitan a aproximarse. La memoria actuó rápidamente y acomodó cada una de esas caras en los bancos del colegio, en la forma en que acostumbraban a pararse para dar la lección, en el lugar que ocupaban en la fila.


Me sorprendió que tantas de las que no me sentí cerca en su momento se acordaran de tantos detalles de mi persona y me preguntaran por mi familia y guardaran en albumes tantas fotos y recuerdos en los que me vi siempre incluída.


Sentí un poco de culpa. Por no haberlas disfrutado a todas en su momento. Por no haber compartido más sus risas y sus vidas. Y las valoré una por una.


Hay un factor común en todas nosotras. Como una hermandad que nos asemeja sin discriminar. Se sintió esa energía de comunión. La vivimos. Y fue por fin una comunión que comprendí y viví con intensidad.


Hoy iremos algunas, las que nos resta fe o no nos fijamos en eso, a la Misa del Colegio. Donde tantas veces llegamos al misticismo, anudamos los cinturones de los guardapolvos de unas con los de las otras y desatamos las trenzas de las del banco anterior o nos robamos alguna boina para que no nos pincharan el carnet porque nos faltaba la propia. Me encantaria que estuviéramos todas y pudiéramos comulgar. Con ese sentido que hoy le encuentro.


No va a poder ser. Porque muchas no irán y porque las que iremos no estamos todas invitadas al banquete porque la Iglesia elige a quienes pueden acercarse a su mesa. Pero muy en silencio mi mente me llevará hacia el altar, imaginaré a todas en fila, juntas. Y mi esfuerzo será tan grande, que no quedará ninguna sin tomar esta noche en La Inmaculada, su primera comunión.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Mirar y Escuchar

Una cosa es VER y otra muy distinta es MIRAR. Dos personas pueden estar viendo la misma escena y mirando aspectos diferentes.

Una cosa es OÍR y otra muy distinta es ESCUCHAR. Dos personas pueden estar oyendo los mismos sonidos o las mismas palabras y sin embargo escuchar aspectos diferentes. O simplemente no escuchar.

Dos amigos viajan juntos. Y sacan fotos. Sus cámaras miran según sus puntos de vista. Y el resultado son dos ciudades distintas, dos climas diferentes, en un mismo día, a la misma hora. Cual es la realidad? No hay realidad. Cada mirada tiene la suya. Indiscutible. Y opuesta a veces a la otra, también avalada por la mirada que la generó.

Se oye a nivel del oído, pero después la onda sonora viaja por la vía auditiva hasta llegar al cerebro, donde se decide prestar o no atención a lo que se oyó. Si se presta atención, si se escucha, después habrá sinapsis con otras neuronas que relacionarán ese concepto con otro, de otra experiencia vivida O se desconocerá y se sorprenderá. E intervendrá el hipotálamo con sus emociones y el mensaje original se habrá impregnado tanto del yo del otro, del que escuchó o ignoró y simplemente oyó, que la verdad emitida inicial no tiene nada que ver con la verdad oída por el otro. Sin dejar de ser las dos verdades.

Cuando alguien en un rapto de sinceridad decide largar su verdad al otro, se encuentra con que fue interpretado de otra manera. Entonces al no ser las dos verdades iguales, sirvió de algo decir la verdad?

No hay una verdad. Los perros no ven el mundo con los colores que vemos los humanos y oyen frecuencias que a nosotros se nos escapan. Qué colores se nos estarán escapando, cómo ve el arco iris un daltónico, como serán todos los sonidos, qué mundo de los sentidos nos estará vedado?

"Asi es, si os parece" se llama la obra teatral de Luiggi Pirandello en la que juega con humor y ahonda filosóficamente en este tema. Que podemos extender a las valoraciones, a la moral, a la religión y a tantas otras cosas por las que el hombre se jugó la vida y mató a sus semejantes durante siglos. Inutilmente.