Abstraer la idea del tiempo me da miedo.
Como tomar conciencia del Ser.
Por segundos me acerco, me invade, me abraza.
Sublime. Pero no puedo sostenerLo.
Supongo que el tiempo no existe, juego con la idea de un eterno presente.
Pienso por ejemplo que:
Juego con la familia de papel con Mono en el garage de casa
Estoy de vacaciones en Sierra de la Ventana
Andamos a caballo, en círculo, siempre en el mismo lugar
Tengo puesto un uniforme de colegio azul que odio
y me llaman a dar la lección de historia.
Me visto para salir a bailar y me siento divina.
Me enamoro. De formas diferentes , todas a la vez:
convulsionadamente, transgresoramente, como en una película.
En paz, tranquilamente. Siento que el amor me envuelve en todas sus formas.
Y a la vez juego con Mono con nuestros muñecos bebés y discutimos.
Y le saco la cabeza al de ella.
Y siento las contracciones de mi primer parto y tengo a mi primera
bebita de verdad en brazos.
A la vez juego a la rayuela, soy una experta.
Y me las arreglo para pasear a dos bebés en el mismo carrito.
Y voy a la facultad. Estudio mi carrera y las anteriores que no terminé.
Que no estoy terminando.
Y busco un nuevo bebé para disfrutarlo.
Que no es nuevo porque ya existía desde que juego a la rayuela y ando a caballo en círculos.
Mis hijas son adolescentes, me supera la responsabilidad.
Pero a la vez ellas son responsables y tienen hijos.
Y vivo sus partos junto con los míos.
Y me maquillo para salir a bailar. Me siento divina.
Y entro a Paris por primera vez en un camión.
Y en tren y en avión.
Todas y una misma vez.
Mientras soy abuela, reiteradamente.
E intento morir cuando medito buscando verdadero silencio en mi mente.
Y muero a la vez que nazco y juego con la familia
de papel en el garage de casa.
Por un instante puedo vivir sin tiempo.
Pero siento miedo. Miedo a la eternidad.
A sin saberlo, estar, como Otálora, muerta:
"Otálora comprende, antes de morir, que desde el principio lo han traicionado, que ha sido condenado a muerte, que le han permitido el amor, el mando y el triunfo porque ya lo daban por muerto, porque para Bandeira ya estaba muerto"
J. L. Borges
El muerto