sábado, 22 de diciembre de 2007

Fiestas


-¿Con quién "las pasás"?

-Y... Noche Buena en la casa de mis viejos y Fin de Año en lo de mis suegros...


La cuestión es "pasarlas". Se produce algo como : juntémonos todos, agarrémonos fuerte, comamos hasta reventar, hasta que pase.

¿Qué es lo que tiene que pasar? El caos de tránsito, los nervios de la gente, las tiendas atestadas de gente comprando, las comilonas para despues empezar la dieta, los malosentendidos familiares, las parchadas soledades, la conciencia de las ausencias?


Fuimos llegando a este absurdo de "pasar las fiestas" como a tantos otros. Lo ideal seria que nadie "las pasara". Y que los que creemos que hace unos 2008 años nacio quien nos enseñó el amor en su mejor expresión, quien nos enseño a perdonar, a que Dios está en los ojos de un niño, en que hay que desprenderse de uno mismo para poder estar en paz, festejemos. En familia, solos, viajando, de la manera en que más nos conectemos con Jesús, que es en realidad quien cumple años.


Eso con respecto a la Navidad.


En cuanto al fin de año, quienes les gusta hacer un balance del fragmento de su vida que acaba de pasar y proyectos para el que va a venir, también es un buen motivo de festejo.

Tan lícito como no festejar nada e irse a dormir temprano para despertarse al otro día en un año que termina en un número más.


Pero eso de generalizar la obligación de festejar y reunirse. Sin sentido, solo porque asi lo exige la tradición, le hace mal a mucha gente. Que toma conciencia de su soledad, de sus conflictos familiares sin resolver o que simplemente festeja consumiendo, comiendo y sin ningún sentido.


Propongo que reunidos o no, creyentes o no, nos concentremos en el amor a los demás. No importa quien ni cuantos sean los demás, pero que sintamos ese amor verdadero, profundo, inexplicable, casi divino, que inspira otro ser humano. Y se lo demos, con sinceridad.


¡FELIZ NAVIDAD!



lunes, 17 de diciembre de 2007

El amor y la circunstancia

La misma llovizna a la misma hora. El mismo frío. La misma iluminación en el mismo lugar. De golpe la misma música.

Todo volvía a ser. Algo conectó en el hipotálamo y explotó la misma emoción.

Pero él no estaba.

Ni hacía falta.

Era la misma circunstancia.

Turno


-Consultorio buenas tardes.
- Era para pedir un turno
- ¿Primera vez?
- No, ya soy paciente, es para un control.
- ¿Jueves 15hs?
- ¿No puede ser a la mañana? porque a la tarde tengo turno con el oculista a las 16hs y no se si llego.
- A la mañana solo me queda a las 12hs.
- 12hs... no se porque viene la masajista y no se a que hora voy a terminar ¿ no tiene otro?
- ¿Viernes a las 17hs?
- Mmm... no. Viernes no es un buen dia, vienen mis nietos a visitarme ¿sabe? ¿cuál otro turno me habia dicho?
- Jueves a las 15hs
- Claro, pero yo tengo turno con el oculista... ¿a ud le parece que llegaré?
Suenan las otras líneas de teléfono
- No sabria decirle señora ¿donde tiene turno con el oculista?
- En Martinez
- Y... a lo mejor llega ¿Le doy entonces el jueves a las 15hs ?
- No se no se ¿ Cual era el otro turno?
siguen sonando las otras lineas
- Jueves a las 12... ¿Me disculpa un minuto que atiendo la otra l inea?
- No, no me corte, espere... a las 12.. tendria que cambiar a la masajista... pero no se si ella podrá a otra hora y si no, se me va a la otra semana. ¿Y cuál era el otro turno?
- Viernes a las 17hs
- Claro, que estan los chicos...
-¿Me permite atender la otra linea, mientras lo piensa?
- No no, deme el viernes a las 17.
- Perfecto ¿ su nombre?
- Dionisia Fernandez... ¿Cualquier cosa lo puedo cambiar no?
- Si, por supuesto, la anoté para el viernes proximo a las 17hs ¿ Me daria un nº de telefono?
- ¿Para qué? ¿Por si no me pueden atender ese dia?
Empieza a sonar de nuevo la otra línea. (Había dejado de sonar )
- Si, señora, por cualquier inconveniente...
- Es que no se si voy a poder el viernes... Ud está tan apurada, que no me permite pensar...



NO DA.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Jacarandás




Buenos Aires sería otra sin jacarandás.


Me fascina como ponen las veredas azules, mirar hacia arriba y ver las copas de los árboles con ese azul lila de sus flores.


En realidad amo Buenos Aires.


Y los jacarandás son una de esas cosas que de pronto nos hacen tomar conciencia de lo que amamos.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Espacio vacio

Sin espacios vacios es dificil vivir. No se puede respirar, no se puede crear, no se puede crecer. Ser. El miedo hace a veces que los llenemos. De cosas, de actividades, de gente, de ruidos. Y se vive sin vivir, apretados como en un subte a la hora pico. Y si de golpe queda un espacio vacio, no sabemos qué hacer. Si superamos la desorientación, podemos empezar a disfrutarlo. Y a necesitar cada vez mas aire. Entonces aparece el pánico a la asfixia. Asi somos. Asi soy.

A veces no es el miedo, es la vida que nos hace el regalo de llenarlos. Y cuanto más se quiere, menos espacio hay.

Me habia quedado sin espacios vacios. Y el aire vino de golpe. Hasta casi asfixiarme de tanta cantidad. Se como se hace para empezar a disfrutarlo. Pero me resisto. Porque si lo logro, habrá más distancia. Y de verdad no estarán.