Es biblico. Primero vino el hombre, simple, básico, siempre niño. Y de una costilla salio ella con su intuición, su lectura en doble renglón, sus enrosques de serpiente, su necesidad de proteger, de poseer, de ser protegida.
La costilla tiene la esencia masculina, su simplicidad, su naturaleza primitiva, básica. En ella descansa la mujer, a veces, cuando puede. Se mira en el espejo del hombre y se enamora. Pero su sagacidad brilla, la puede, su rapidez se dispara y envuelve hasta al más listo de los hombres.
El Génesis lo advirtió y pensamos que era un cuento para niños. Para hombres. Para que se hicieran cargo. De que dar la costilla era consentir en dar vida pero también condenarse. Caer en la tentación de la felicidad y el infierno eternos.
Y asi crecimos y nos multiplicamos. Con hombres que creen que dominan el mundo y mujeres que se hacen las que luchan por igualarlos.
Pero cada pichon de hombre trae consigo una ingenuidad insuperable
Y sus costillitas, a su sombra, dominan enroscadas el mundo
2 comentarios:
ya mismo imprimo esto y lo cuelgo en la pared. deberia traducirlo al ingles tambien!!! Es espectacular
drimi
VERITAS!!!
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