Desde que leí el post de Malen (El cielo en la Tierra) sobre la idea parisina de poner arte donde hay mierda, pienso qué podríamos hacer nosotros, en San Isidro.
Pero como siempre, la poderosa naturaleza nos gana de mano.
Y mandó el otoño. Y los añosos árboles comenzaron a largar sus doradas y crujientes hojas sobre las más añosas veredas sanisidrenses. Y uy! los queridos perros del barrio siguieron con sus costumbres de cagar en las deterioradas veredas. Sin tener en cuenta que ahora están cubiertas por una alfombra de las doradas hojas. Ni que nuevas doradas hojas seguirían cayendo sobre la mierda. Hasta hacerla invisible.
Y entonces el caminante que, como en Paris, siempre anda buscando un poco de arte para distraer su espíritu de la pesada vida cotidiana, pasa caminando feliz y recordando que cuando era niño le encantaba pisar las crujientes hojas. Y vuelve a ser niño.
Sin tener en cuenta el primer colchón, ni la mierda del perro que hizo sandwich, ni que la hoja que él pisa es la segunda tapa del sandwich.
Y cuando llega a su casa o a la oficina y siente un olor a mierda brutal, no puede explicarse cómo puede venir de su zapato.
4 comentarios:
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Genial, me encanto!!! Ese si que es arte, la union del hombre, el animal y la naturaleza! Y obvio, la mierda constructiva, jajaja! Buenisimo
juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa yo esperaba una poesia otoñal!!! es la oda a la mierda!!!
muy bueno tolen
/jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
DEcime por favor que no paso!!!!!!!!
Genial post, va directo a mi "about others"!!!!!!
Esto le ganó al hormiguero!!!!
mmm, que ricooo. Justo para mi café con leche!!!
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